Disfrutame, valórame, no me colapses, no me envuelvas en rutinas, no juegues conmigo, no me apuestes, apréciame, no te confíes nunca en que tienes mi confianza, ni mi aprecio, ni mi simpatía. Jamás pienses que te pertenezco. Respeta mi libertad. Y sobre todo, recuerda, me puedo ir...